Antes de que sigas leyendo, es importante que tengas claro que no eres la única. A muchas mujeres se les suele caer el cabello después del parto y, aunque te cueste aceptarlo, es más común de lo que imaginas, así que: ¡Arriba esos ánimos!
Durante el embarazo, los niveles de estrógeno suben como burbujas y hacen que la fase de crecimiento del cabello se prolongue y su caída sea menos frecuente. Sin embargo, después de dar a luz, estos niveles hormonales vuelven a la normalidad. Yes ahí donde puede empezar a caerse el pelo.
Peinarte y soltar montones y montones de cabello puede resultarte muy familiar y a la vez doloroso. Como si el posparto no fueran psicológica y físicamente agobiantes, la pérdida de cabello se suma al carrusel.
Y es que el estrés físico y emocional también pueden contribuir a este proceso. Así que el mejor consejo para llevar la guerra en paz es tomártelo con la misma paciencia que llevas tu desempeño como mamá. La buena noticia es que la insoportable caída del pelo será temporal y tendrás tu cabellera de siempre más pronto de lo que crees.
Mientras, te dejamos algunos consejos para sortear los malos momentos con tu cabello:
Dieta Saludable: Una buena alimentación ayuda a sanar hasta el alma. Asegúrate de consumir alimentos ricos en proteínas, hierro, zinc y vitaminas A, C, D y E para promover el crecimiento del cabello.
Suplementos: Siempre es bueno consultar la opinión de un especialista. Pregunta a tu médico sobre la posibilidad de ingerir suplementos como biotina o complejos vitamínicos que apoyen tu salud capilar y que no interfieran con tu proceso de lactancia.
Cuidado suave: Olvídate de los peinados apretados. Es un buen momento para ir desgreñada, tienes todas las justificaciones de tu lado y nadie osará cuestionarte. Ya tendrás tiempo para ir regia. Ni pienses en secadores calientes o tratamientos químicos excesivos como tintes o decoloraciones.
Masajes en el cuero cabelludo: Puedes aprovechar tus ratos de lactancia para masajear suavemente tu cuero cabelludo y estimular la circulación sanguínea. Esto ayuda a que se revitalicen tus folículos.
Suerte con tu proceso. Más temprano que tarde tendrás un pelo sano y de revista. Este es solo uno más de los retos que nos toca vencer como mamis. ¡Y sí que podemos!