A medida que envejecemos, nuestro cuerpo experimenta numerosos cambios fisiológicos. El metabolismo se ralentiza, los huesos y músculos pierden densidad y la piel comienza a perder elasticidad y brillo. Además, la producción de hormonas, como la testosterona y el estrógeno, disminuye gradualmente con la edad. Estos cambios biológicos, aunque parezcan terribles, pudieran no serlo. Incluso, a veces están sucediendo pero solo llegan a percibirse luego de unos años.
Si estás leyendo y eres una estrenada veinteañera, te parecerá un proceso muy lejano. Quizás si ya rondas la treintena te lo tomes un poco mas serio. Y te sorprenderás aún más cuando te contemos que estás mucho más próxima de lo que crees a la edad en que, supuestamente, el cuerpo comienza a envejecer.
Pero antes de que entres en pánico -porque los traumas de la edad preocupan a casi todos-, te sugerimos que apagues las alarmas porque es un proceso inevitable y mucho más cercano de lo que creíamos.
Un estudio reciente arrojó la fecha exacta en que dejamos de ser unos jovencitos caminando por la autopista de la vida para convertirnos en adultos más viejos. Y no, no hace falta haber cumplido los 50 o los 60. Con apenas 34 años, oficialmente, empezamos a envejecer. Es entonces cuando nuestro cuerpo comienza a sentir los primeros impactos de la edad y comienza a prepararse para la vejez.
Sin embargo, hay medidas que podemos tomar para mantener un estilo de vida saludable y retrasar el proceso de envejecimiento. Mantener una dieta equilibrada, realizar ejercicio regular, reducir el estrés, evitar el consumo excesivo de sustancias nocivas y proteger nuestra piel del sol son algunas de ellas.
Aunque nos cuenten que la juventud se nos acaba a los 34, nuestro cuerpo tiene la capacidad de adaptarse y continuar funcionando de manera eficiente. Sí es posible envejecer con estilo y hacer de los años por venir una etapa de experiencia y plenitud.
¿Cuántas se han sentido viejas con 20 años, o cuántas de 70 se piensan demasiado jóvenes?
Más allá de cualquier estudio, incluso más allá de las consecuencias evidentes del paso de los años sobre nuestro cuerpo, cada mujer tiene la capacidad de hacer de su edad un número cualquiera y llevar la cuenta de los años de acuerdo a cómo prefieran vivir la vida.
Sentirte más joven o más vieja, envejecer o no, a veces puede ser tu decisión. ¡Piénsalo!
