La inflamación es un término médico que muchas hemos escuchado, pero que a veces nos perdemos en la realidad de su significado y su impacto. Siendo así, te invitamos a explorar qué es en realidad este proceso que nos toca padecer a todas en algún momento.
Primero es importante aclarar que todas nos inflamamos, a veces con más frecuencia de lo que alcanzamos a darnos cuenta. Y se trata de una respuesta natural de nuestro sistema inmunológico ante la detección de agentes dañinos como bacterias, virus o tejidos lesionados. Pero más allá de cualquier razón, existe una que nos resulta particularmente conocida y habitual a las mujeres.
La inflamación y el ciclo menstrual
¿Alguna vez has notado que tu cuerpo experimenta más inflamaciones durante tu periodo? Esto se debe a los cambios hormonales que ocurren durante el ciclo menstrual.
La progesterona, que domina la segunda mitad del ciclo, puede aumentar la actividad inflamatoria en el organismo. Además, las prostaglandinas, sustancias liberadas por el endometrio durante la menstruación, también pueden causar inflamación y dolor. Este último debe sonarte bien familiar.
Aunque pinta bastante rutinario para todas, algunas mujeres pueden ser más propensas a la inflamación debido a factores genéticos, estilo de vida o enfermedades subyacentes. El estrés, la mala alimentación, el sedentarismo y el consumo excesivo de alcohol o tabaco pueden ser factores que aumenten el riesgo de inflamación en el organismo, mucho más durante el periodo menstrual.
¿Cómo manejar la inflamación? Te ayudamos
Para controlar la inflamación en nuestro cuerpo podemos realizar pequeños cambios en nuestro día a día. Una dieta saludable y equilibrada, practicar ejercicio regularmente y llevar una vida con menos estrés pueden ser grandes aliados. Además, el consumo de alimentos antiinflamatorios, como la fruta, las verduras, las especias y el té verde, puede ayudar a reducir la actividad inflamatoria en el organismo.
Además de todo eso, puede ser de gran ayuda percibir que la inflamación no es una molestia más, sino que juega un papel esencial en la protección de nuestro organismo contra amenazas externas y es casi un huésped obligatorio durante la menstruación.
No obstante es importante mantenerla bajo control y entender por qué nos ocurre, especialmente en ese momento clave de nuestro ciclo reproductivo. Incorporar hábitos saludables en la rutina no solo puede prevenirla, sino ayudar a manejar la inflamación y hacerla una amiga periódica, en lugar de una enemiga esporádica.