El periodo que precede a la menstruación es un momento en el que muchas experimentamos una serie de cambios físicos y emocionales. Esta fase, conocida como síndrome premenstrual (SPM), puede traer consigo una variedad de síntomas que van desde la sensibilidad emocional hasta molestias físicas.
Una de las manifestaciones más comunes del SPM es la sensibilidad en los senos. Esto se debe a los cambios hormonales que ocurren en el ciclo menstrual. A medida que se acercan los días previos a la menstruación, los niveles de estrógeno y progesterona aumentan y luego disminuyen drásticamente, lo que puede causar inflamación y dolor en los tejidos mamarios. Este malestar es completamente normal y, aunque puede ser incómodo, es una señal de que nuestro cuerpo está funcionando como debería.
La sensibilidad emocional también juega un papel importante en esta etapa del ciclo menstrual. Muchas nos sentimos más vulnerables y podemos reaccionar de manera más intensa a situaciones cotidianas, desde un anuncio conmovedor hasta un pequeño inconveniente. La ciencia sugiere que esto se debe a las fluctuaciones hormonales que afectan neurotransmisores como la serotonina, el cual regula nuestro estado de ánimo. Por lo tanto, no es raro sentirse más sensible o propensa al llanto durante estos días. No estamos locas.
Durante este tiempo también es común experimentar antojos por alimentos ricos en azúcar y chocolate. Esto se relaciona con la necesidad del cuerpo de equilibrar los niveles de energía y combatir el malestar emocional. El chocolate, por ejemplo, no solo satisface el deseo de algo dulce, sino que también contiene compuestos que pueden mejorar el estado de ánimo, como la feniletilamina.
Además, muchas mujeres reportan una sensación de hinchazón o aumento de peso, lo cual puede hacer que parezca que hemos aumentado dos tallas de ropa. Este fenómeno se debe a la retención de líquidos provocada por las variaciones hormonales antes del ciclo menstrual. Aunque puede ser frustrante ver cambios en nuestro cuerpo, es importante recordar que son temporales y parte del proceso natural.
La ciencia también ha estudiado cómo estos cambios físicos y emocionales pueden afectar nuestra vida diaria. Investigaciones documentan que muchas mujeres tienen dificultades para concentrarse o son más propensas a sentir estrés durante esta etapa.
Para encontrar un momento de paz entre nuestro cuerpo y nuestra mente durante el SPM, es fundamental practicar el autocuidado. Esto puede incluir actividades como el yoga, la meditación o simplemente tomarse un tiempo para relajarnos con un libro o una película. Incorporar alimentos saludables en nuestra dieta también puede ayudar a reducir los síntomas; por ejemplo, consumir frutas frescas y verduras puede ayudar a equilibrar los niveles hormonales.
Estar conscientes de cómo nuestras hormonas influyen en nuestro cuerpo y emociones nos permite navegar mejor el camino hacia la menstruación. Al entender lo que sucede dentro de nosotras, podemos encontrar estrategias para cuidarnos mejor y aceptar esta fase natural del ciclo menstrual con más tranquilidad y amor propio.