Cuidar primero de ti: por qué no debes postergar tu autocuidado

autocuidado mujer

En un mundo que parece girar a mil por hora, donde las responsabilidades y las expectativas se acumulan, es fácil olvidar lo más esencial: cuidar de nosotras mismas. Las mujeres, en especial las madres, a menudo nos encontramos atrapadas en un ciclo de sacrificio personal. En eso seguro que todas estamos de acuerdo.

El amor por nuestros hijos y familias nos lleva a relegar nuestras necesidades a un segundo plano. El ya clásico meme de hijos pulcros y madres desgreñadas ya no nos da tan risa, más bien nos lleva a reflexionar. ¿Qué pasaría si te dijéramos que cuidar de ti misma no solo es vital para tu bienestar, sino también para el bienestar de quienes te rodean? ¿Crees que por descuidarte a ti misma podrás cuidar y velar mejor por los tuyos? La respuesta es: no.

Cuando una mujer se convierte en madre, su vida cambia drásticamente. Las horas del día se convierten en un torbellino de actividades: alimentar al bebé, cambiar pañales, llevar a los niños a la escuela y atender las demandas del hogar. Este verso de rutinas ya lo conocemos muy bien. Pero en medio de esa vorágine, los rituales de autocuidado personal suelen ser los primeros en desaparecer y eso está muy mal.

Es comprensible que el amor y la dedicación hacia los hijos sean tan profundos que nos ocupen la mayor parte de nuestro tiempo y que hasta soñemos con días de 48 horas. Sin embargo, la postergación de nuestro autocuidado puede tener consecuencias graves.  El hecho es que cuando nos dejamos de prestar atención, corremos el riesgo de agotar toda la energía física y emocional que nos corresponde.

La falta de tiempo para nosotras puede llevar a la irritabilidad, al estrés crónico e incluso a problemas de salud mental. La ansiedad y la depresión pueden tocarnos a la puerta. Cuando una madre se siente abrumada y descuidada, su capacidad para cuidar a sus hijos y mantener un hogar armonioso se derrumba por completo. 

Normalicemos que cuidarnos no es un acto egoísta, es un acto esencial. Cuando estás bien contigo misma, puedes ofrecer amor y apoyo genuino a tus seres queridos. Además, modelas para tus hijos la importancia del autocuidado, enseñándoles desde pequeños que velar de uno mismo es fundamental para vivir una vida equilibrada.

¿Han pensado que uno de los pilares de la maternidad es la paciencia y que una madre agotada es menos paciente, menos comprensiva, y menos presente emocionalmente para sus pequeños? Es crucial tomarse el tiempo necesario para recargar energías.

Y para que empieces desde ya, te sugerimos este paso a paso sencillo que puedes ir modelando a tu gusto.

1. Dedícate tiempo diario: Reserva al menos 15-30 minutos cada día solo para ti. Puede ser por la mañana antes que los niños despierten o por la noche antes de dormir. 

2. Establece rituales: Crea rituales que te hagan sentir bien, como tomar un baño relajante con sales aromáticas o practicar yoga, si quieres que no te tome más de 30 minutos, con eso estarás bien.  

3. Conéctate con tus emociones: Lleva un diario donde puedas expresar tus pensamientos y sentimientos. Esto te ayudará a procesar lo que sientes. 

4. Alimentación consciente: Presta atención a lo que comes. Opta por alimentos nutritivos y tómate el tiempo para disfrutar cada bocado. 

5. Desconexión digital: Apaga tus dispositivos al menos una hora antes de dormir para permitirte descansar adecuadamente sin distracciones.