No creas que delimitar la hora del juego y la hora del estudio es siempre una buena idea para implementar con tus hijos. Está bien que cumplan sus deberes y sean conscientes de la disciplina y las rutinas del día. Pero en aras de crearles una predisposición hacia sus deberes académicos en los primeros años, es mejor si les haces saber que una cosa no limita la otra, y que lo más divertido es aprender jugando.
En el mundo educativo actual, los recursos mnemotécnicos se han convertido en herramientas valiosas para facilitar el aprendizaje escolar. Estas técnicas ayudan a los estudiantes a recordar información de manera más efectiva y divertida. Se trata de estrategias que utilizan asociaciones visuales, auditivas o kinestésicas para mejorar la retención de información. O dicho de forma más sencilla: incorporar el juego en la enseñanza.
Estudiar a través del juego ofrece múltiples beneficios. Primero, fomenta un ambiente de aprendizaje positivo donde los niños se sienten motivados y entusiasmados. Además, al tratarse de actividades lúdicas, los errores se perciben como parte del proceso de aprendizaje, lo que reduce la ansiedad, promueve la creatividad y favorece la memoria a largo plazo.
Rimas y canciones para recordar conceptos
Esta es una de las estrategias más conocidas y a la cual apelan muchos de los programas educativos que pululan en el espacio virtual y de paso facilitan la vida de muchos padres y la comprensión de los niños.
Muchas canciones infantiles enseñan el alfabeto o los números a través de melodías pegajosas que los niños pueden recordar fácilmente o estribillos divertidos e ingeniosos. Este tipo de aprendizaje auditivo es especialmente efectivo en la primera infancia y prepara un buen camino hacia futuras interacciones más complejas.
Además de las canciones, los juegos de memoria son una excelente opción para desarrollar habilidades mnemotécnicas. Uno de los más populares es el “Memory”, donde se utilizan cartas con imágenes que deben ser emparejadas y así los pequeños mejoran la memoria visual, la concentración y la atención.
Los juegos de toda la vida, siempre bienvenidos
Los juegos de mesa también son excelentes recursos para aprender. Los clásicos como “Scrabble” o “Boggle” estimulan el vocabulario y la ortografía, mientras que “Uno” puede ser utilizado para aprender sobre números y colores. Estos juegos permiten que las familias participen juntas y refuercen el aprendizaje.
También resultan imprescindibles los juegos de roles: “a la casita”, “a la escuelita”, “al médico y la enfermera”, Básicamente, cualquier juego que implique la socialización, la búsqueda de habilidades y la incorporación de conceptos cotidianos.
Házlo tu misma
Si eres de las madres que se esfuerza por implementar recursos desde edades tempranas en la casa, déjanos contarte que vas por el mejor de los caminos y que puedes agenciarte de muchas herramientas para lograr tus propósitos. Existen juegos sencillos que pueden hacerse con materiales reciclados y cuyo nivel de efectividad está recomendado por especialistas.
Puedes crear tarjetas con dibujos o palabras y jugar a emparejarlas. Este tipo de actividad no solo es divertida, sino que también promueve habilidades motoras al manipular las cartas. Así mismo puedes crear un tablero y fomentar el excavado de colores y formas, diseñar tarjetas con números, o simplemente echar a volar tu imaginación y crear cualquier tipo de herramienta que despierte un interés en tu hijo y lo mantenga concentrado mientras aprende cómo interactuar con el objeto.
Recuerda que la importancia del juego no debe subestimarse. Investigaciones han demostrado que aprender jugando ayuda a mejorar la memoria y la comprensión. Por eso, es recomendable diversificar las actividades lúdicas y observar cuál resuena mejor con cada niño.
A medida que incorporamos recursos mnemotécnicos en la educación escolar y en casa, no solo ayudamos a nuestros hijos a retener información, sino que también fomentamos su curiosidad natural por aprender. El juego les permite explorar nuevas ideas sin miedo al fracaso, y ya con eso los estamos preparando mejor para la vida.