La presencia de pantallas en la vida cotidiana es innegable, pero no todas influyen de la misma manera en el desarrollo infantil. Aunque televisión y tablets puedan parecer similares, sus efectos sobre el cerebro y el comportamiento de los pequeños son muy diferentes.
La televisión, tradicionalmente más pasiva, tiende a limitar la interacción. Según la American Academy of Pediatrics (AAP), la exposición prolongada a este medio puede reducir el tiempo que los niños dedican a actividades clave como el juego, lo que afecta su desarrollo social y emocional. Además, el contenido no supervisado puede tener un impacto negativo en el lenguaje y la conducta.
Por otro lado, las tablets suelen ser más interactivas, lo que puede estimular habilidades como la resolución de problemas o la coordinación. Sin embargo, esta interacción no siempre es beneficiosa. Su diseño está pensado para ser adictivo, con estímulos constantes que pueden sobrecargar el cerebro infantil. Esto, según estudios publicados en la Revista Médica Sinergia, puede dificultar la concentración en tareas no digitales y el desarrollo del lenguaje.
Además, ambos dispositivos, si se usan en exceso, afectan el sueño infantil. Ello se debe a que las pantallas emiten luz azul que altera el ritmo circadiano.
¿Qué hacer con las pantallas?
La solución no es demonizar las pantallas, sino gestionarlas conscientemente. Por ello, te compartimos algunas recomendaciones para que nuestros niños no vivan expuestos todo al tiempo a las pantallas.
- Establece límites: la AAPrecomienda que los niños de 2 a 5 años no excedan una hora diaria de tiempo frente a pantallas. Para niños mayores, es esencial establecer límites y asegurarse de que el tiempo de pantalla no interfiera con otras actividades.
- Evita pantallas en horarios clave: se debe evitar el uso de dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarse para que el sueño sea reparador. Durante las comidas también se recomienda que sea espacio libre de pantallas.
- Participa activamente: acompaña a tu hijo en el tiempo que interactúa con el tablet o conversa con él sobre lo que ve en televisión. Será también una oportunidad de aprendizaje mutuo.
- Incentiva otras actividades: motiva a tu pequeño para que también juegue al aire libre, lea y realice otras actividades que no involucren pantallas para equilibrar su desarrollo.
- Predica con el ejemplo: evita en el tiempo que compartes con tu pequeño mirar la pantalla del móvil o poner el televisor de fondo. Comparte tiempo saludable con él.
Ni la televisión ni las tablets son intrínsecamente malas, sus efectos van a depender de cómo y cuánto se utilicen. La clave está en equilibrar la tecnología con otras actividades que promuevan el desarrollo saludable de los más pequeños de casa.