Un estudio publicado en la revista científica PLOS One, realizado por la Universidad Texas A&M, revela un hallazgo sorprendente: el último día laboral acumula más errores al usar el ordenador. La investigación muestra que la fatiga se incrementa a lo largo de la semana. Por la tarde, cuando se acerca el fin de semana, la mente se desconecta. Los datos apuntan claramente a que el día menos productivo es aquel en el que la energía ya está al límite.
La explicación es sencilla y contundente. Durante la semana, el cansancio y la presión se van sumando. El último día se convierte en el colapso de la energía, pues la anticipación del fin de semana provoca que la concentración disminuya notablemente. Esta disminución en la capacidad cognitiva se traduce en equivocaciones y baja eficiencia, afectando directamente la productividad, indica el citado artículo.
Esta situación impacta directamente en la vida de muchas mujeres. Aquellas que equilibran el trabajo con las responsabilidades del hogar y la familia se enfrentan a un desafío extra. La acumulación de errores no solo afecta el rendimiento profesional, sino también la confianza y el bienestar personal. Reconocer este patrón es el primer paso para buscar soluciones.
La clave puede estar en reorganizar la rutina. Pequeños cambios, como pausas activas o una mejor distribución de tareas, pueden marcar la diferencia. Es hora de replantear cómo administramos nuestro tiempo y energía para evitar que la fatiga nos venza.