El acoso y la violencia escolar es un tema que nos quita el sueño y nos hiere a muchas de las que cada día enviamos nuestros hijos a una institución educativa. Tanto así que desde 2019 se pactó en tomar el primer jueves de noviembre como Día Internacional contra la Violencia y el Acoso en la escuela. Porque, diciéndolo fuerte y claro: el acoso escolar puede tener un impacto devastador en la vida de un niño.
Que a un menor maltrate o acose a otro no es un fenómeno aislado y a merced del azar. Es, más que todo, reflejo de las actitudes y comportamientos que se desarrollan en casa. Por ello es fundamental que las familias jueguen un papel activo en la educación de sus hijos, creando un ambiente donde prevalezcan la comprensión y el respeto por la diversidad. Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice.
Qué hacer desde la familia
El hogar es la primera instancia donde los niños forman sus ideas sobre lo que significa ser diferente. Si crecen en un entorno donde se celebra la diversidad, estarán más inclinados a tratar a sus compañeros con amabilidad y respeto.
Los padres, como siempre, tenemos la mayor responsabilidad. Las palabras y acciones que empleamos en la vida cotidiana influyen enormemente en cómo los niños interactuarán con los demás. Al mostrar amor y respeto hacia todas las personas, independientemente de su origen o características personales, estamos sembrando las semillas de una sociedad más inclusiva.
Además, es esencial que estemos atentos a las dinámicas sociales de nuestros hijos. Esto incluye saber quiénes son sus amigos y cómo interactúan entre sí. Un entorno familiar seguro permite que los niños se sientan cómodos compartiendo sus experiencias, ya sean positivas o negativas.
La educación también debe incluir información sobre cómo responder al acoso. Los niños necesitan saber que está bien pedir ayuda si son víctimas o testigos de violencia escolar. Fomentar una cultura donde se hable abiertamente de este tema ayuda a desestigmatizar el tema y empodera a los jóvenes para actuar.
Pero nada de eso será posible sin el rol crucial de las escuelas. La colaboración entre familias y docentes es vital para crear un ambiente seguro y respetuoso para todos los estudiantes. Programas educativos sobre diversidad e inclusión pueden ser implementados tanto en casa como en las aulas.
En este sentido, las campañas de concienciación también juegan un papel importante. Iniciativas que promueven la tolerancia y la empatía pueden ser una excelente manera de unir esfuerzos entre padres, educadores y estudiantes para combatir el acoso escolar desde múltiples frentes. Cada pequeño gesto, cuenta.
Los padres tenemos que ser los primeros agentes de cambio. Eduquemos desde el amor y el respeto por lo diferente, así crearemos un futuro donde todos los niños puedan sentirse seguros y valorados por quienes son.
En caso de que hayas tenido que pasar por una situación de violencia o acoso con tus pequeños en la escuela, te preparamos tres consejos esenciales a tomar en consideración desde tu hogar, luego de que plantees la situación en el centro educativo, algo que también es importante.
1. Buscar Apoyo Emocional: Es fundamental que las familias que han vivido esta experiencia busquen apoyo emocional. Esto puede incluir hablar con un profesional de la salud mental, como un psicólogo o consejero, que pueda ayudar a procesar las emociones y traumas asociados. También es útil conectarse con grupos de apoyo donde puedan compartir sus experiencias y aprender de otras familias que han pasado por situaciones similares.
2. Fomentar la Comunicación Familiar: Mantener una comunicación abierta y honesta dentro de la familia es clave. Permitan que cada miembro exprese sus sentimientos y preocupaciones sin temor a ser juzgado. Esto no solo ayuda a sanar, sino que también fortalece los lazos familiares. Consideren establecer momentos regulares para hablar sobre cómo se sienten y apoyarse mutuamente en el proceso de sanación.
3. Empoderar a los Niños: Ayuda a los niños a recuperar su confianza y autoestima después de haber sido víctimas de acoso. Anímales a participar en actividades que disfruten y donde puedan relacionarse con otros, como deportes, arte o clubes escolares. Además, enséñales habilidades de afrontamiento y estrategias para manejar situaciones difíciles, como la asertividad o cómo buscar ayuda cuando lo necesiten. Esto les dará herramientas para enfrentar futuros desafíos.