Cumplir 60 años marca cambios en la memoria y la velocidad de procesamiento mental. Estudios señalan que el flujo sanguíneo cerebral disminuye con la edad, lo que puede afectar la función cognitiva si no se compensa con actividad mental y física regular. Además, la falta de estímulo intelectual se asocia con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Mantener una rutina de ejercicios mentales es, por tanto, tan esencial como cuidar la salud del cuerpo.
Un estudio de The New England Journal of Medicine demostró que actividades recreativas como leer y jugar a las damas reducen el riesgo de demencia en personas mayores. En esa investigación, 469 participantes de más de 75 años sin demencia inicial fueron seguidos por 5.1 años y mostraron un riesgo un 7% menor de desarrollar demencia por cada incremento en su actividad cognitiva.
El secreto de las damas no está en reglas complejas, sino en la capacidad de planear cada movimiento en un entorno relajado. Pensar en la jugada del rival, anticipar sus acciones y preparar la propia estrategia implica activar varias áreas cerebrales de modo coordinado.
Contra la demencia y a favor de la memoria y la atención
Según investigaciones publicadas en la revista Frontiers in Aging Neuroscience, actividades que estimulan la memoria de trabajo —como recordar movimientos previos y anticipar los del oponente, tal como ocurre en las damas— fortalecen la plasticidad sináptica, es decir, la capacidad del cerebro para crear y reforzar conexiones neuronales. Este tipo de estimulación ayuda a preservar funciones como la memoria reciente y la capacidad de atención sostenida.
En cada turno de este juego de estrategia, se activa una compleja red cerebral que involucra el córtex prefrontal (clave en la toma de decisiones) y el hipocampo, una estructura cerebral crítica para la consolidación de recuerdos. El resultado: mejora en la agilidad mental, la capacidad de concentración y la rapidez para resolver problemas, todas funciones que tienden a debilitarse con la edad si no se entrenan.
Especialistas en gerontología cognitiva también señalan que el razonamiento lógico, ejercitado en juegos como las damas, funciona como una especie de “entrenamiento cruzado” del cerebro: exige evaluar opciones, predecir consecuencias y actuar con rapidez, lo cual estimula simultáneamente distintas funciones cognitivas, desde el juicio hasta la planificación estratégica.
Pero más allá del aspecto cognitivo, las damas promueven la interacción social. Compartir la partida con amigos, familiares o nietos combate el aislamiento, un factor de riesgo para la salud mental en la tercera edad. Cada victoria, por pequeña que sea, aporta un refuerzo de autoestima y motivación, elementos clave para el bienestar emocional.