¿Es cierto que las pastas engordan?

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Como seguro conoces, la pasta tiene sus raíces en Italia, donde se cree que se originó hace más de 2,000 años. Aunque algunos estudios sugieren que los antiguos chinos también hicieron sus propias versiones de pasta, es en Italia donde realmente floreció este alimento.

Con el tiempo, cada región del país desarrolló su propio tipo de pasta, creando un mosaico de formas y sabores que hoy conocemos.  Porque la fama de la pasta se ha extendido más allá de las fronteras italianas y su conocida versatilidad es una de las razones por las que se ha vuelto tan popular en todo el mundo.

Desde los clásicos espaguetis hasta los raviolis, cada tipo tiene su propio carácter y puede ser combinado con una variedad infinita de salsas e ingredientes. Esta adaptabilidad permite que la pasta se integre en diferentes tradiciones culinarias, convirtiéndola en un alimento global.  Existen más de 600 formas diferentes de pasta, cada una con su propio nombre y uso específico.

Hay una pasta para cada ocasión, pueden ser lo clásicos penne y fusilli hasta los menos conocidos como orecchiette o farfalle. Esta diversidad no solo hace que sea emocionante cocinar con una buena pasta, sino que también permite a los chefs experimentar y crear platos únicos. 

¿Realmente la pasta engorda?

Los italianos son quienes mejor pudieran contestar a esta pregunta, pero lo que sí podemos asegurar es que la respuesta no es para nada sencilla. La pasta en sí misma no es propensa a hacer engordar, todo depende de cómo se prepare y qué ingredientes se utilicen. Optar por salsas ricas en grasas o ingredientes poco saludables puede contribuir al aumento de peso, pero disfrutar de un plato balanceado con verduras frescas y proteínas magras puede ser parte de una dieta saludable.

No obstante, lo más importante que han apuntado numerosos especialistas es el punto de cocción. Una buena pasta al dente, salteada en el plato después de no más de siete minutos en agua hirviendo puede ser devorada sin culpas por la persona más fitness del mundo y quedarse tranquila, sin cargos de consciencia. Por el contrario, una pasta pasada de cocción propiciar la gordura e inflación de la que todas queremos huir. Pareciera magia, pero es real.

Los niños: los reyes de la pasta

Son pocos los menús de niños que no incluyen al menos un plato de pasta. Sea cual fuere el restaurante, más o menos fino, saludable o no, casi todos incluyen la pasta como su primera apuesta en el menú pensado para los pequeños de casa.

No importa si nacieron en Italia o en una barriada latinoamericana, los niños tienen una relación muy especial con la pasta. Su forma divertida y su textura agradable hacen que sea un alimento atractivo para ellos. Además, es fácil de comer y adaptar a sus gustos. La conexión emocional con la pasta también juega un papel importante.

Muchas familias tienen recetas tradicionales que se transmiten de generación en generación, creando recuerdos entrañables alrededor de la mesa. Cocinar y compartir un plato de pasta puede ser una forma maravillosa de unir a amigos y familiares. 

Si bien hay muchas maneras deliciosas de disfrutarla, hay una receta que probablemente sea la que más se ha internacionalizado, los famosos espaguetis a la carbonara. Si nunca los has preparado, puede que hoy sea una buena oportunidad para intentarlo. Aquí te dejamos lo que necesitas:

Ingredientes:

  • 400 g de espaguetis
  • 150 g de guanciale (o panceta si no encuentras guanciale)
  • 3 yemas de huevo
  • 1 huevo entero
  • 100 g de queso Pecorino Romano (rallado)
  • Sal (al gusto)
  • Pimienta negra (al gusto)

Instrucciones:

  1. Cocinar la pasta: En una olla grande con agua hirviendo y sal, cocina los espaguetis según las instrucciones del paquete hasta que estén al dente. Reserva un poco del agua de la cocción antes de escurrir.
  2. Preparar el guanciale. Mientras se cocina la pasta, corta el guanciale en tiras o cubos pequeños. En una sartén grande, añade el guanciale y cocina a fuego medio hasta que esté dorado y crujiente. Esto tomará unos 5-7 minutos. Retira del fuego.
  3. Hacer la mezcla de huevo. En un tazón, bate las yemas de huevo, el huevo entero y el queso Pecorino Romano rallado. Agrega una buena cantidad de pimienta negra al gusto.
  4. Combinar todo. Una vez que los espaguetis estén listos y escurridos, añádelos a la sartén con el guanciale caliente (fuera del fuego). Mezcla bien para que los espaguetis se impregnen del sabor. Vierte la mezcla de huevo sobre la pasta caliente y mezcla rápidamente. El calor residual cocinará los huevos suavemente, creando una salsa cremosa. Si es necesario, añade un poco del agua de cocción reservada para ajustar la consistencia.
  5. Servir. Sirve inmediatamente con más queso Pecorino rallado y pimienta negra al gusto. ¡Y a comer!