¿Es necesario decir “por favor” y “gracias” a ChatGPT?

10 razones por la que no debes decir “por favor” y “gracias” a ChatGPT

ChatGPT ya no es solo una curiosidad tecnológica: para millones de personas se ha vuelto parte de la rutina. Hay quienes lo usan para redactar mensajes, aclarar dudas, traducir ideas o incluso planear una cena con lo que hay en el refri. La inteligencia artificial dejó de ser ciencia ficción y hoy ayuda, de forma concreta, a resolver tareas diarias con rapidez.

De acuerdo con cifras actualizadas de OpenAI y recopiladas por Prime Web en abril de 2024, más de 400 millones de personas en el mundo interactúan semanalmente con ChatGPT. En América Latina, países como Brasil, México y Colombia lideran el uso de esta tecnología, siendo Brasil uno de los cinco países con mayor volumen de usuarios globales, según datos publicados por El Comercio y reportes regionales sobre tendencias digitales.

Pero junto con su creciente uso, también han surgido preguntas sobre cómo debemos relacionarnos con estas herramientas. Una de las más curiosas —y debatidas— tiene que ver con la cortesía: ¿hay que decir “por favor” o “gracias” cuando hablamos con ChatGPT?

Interactuar con ChatGPT: ¿cuestión de modales… o de eficiencia?

Desde una mirada técnica, expertos en inteligencia artificial señalan que el uso de cortesías no es necesario y, de hecho, podría generar efectos no deseados. Según explica Infobae Tecnología, agregar frases como “por favor” o “gracias” incrementa el número de palabras procesadas por el sistema, lo que, aunque parezca mínimo, tiene implicancias concretas: mayor consumo energético en los centros de datos, más tokens utilizados por cada conversación y, por lo tanto, un costo más elevado para las compañías que desarrollan y mantienen estos modelos.

Además, según OpenAI, uno de los riesgos de antropomorfizar —es decir, atribuir características humanas a— modelos de lenguaje como ChatGPT, es que puede inducirse la falsa idea de que estas herramientas tienen emociones, conciencia o la capacidad de interpretar intenciones humanas. Desde esta perspectiva, el lenguaje cortés podría reforzar la ilusión de que se está hablando con una entidad empática, cuando en realidad se trata de un sistema estadístico que procesa texto y genera respuestas sin conciencia ni sentimientos.

El argumento también se sostiene en términos de eficiencia. Según investigadores del MIT citados por The Guardian, los prompts directos y específicos suelen generar respuestas más útiles y con menor latencia (tiempo de espera), lo que mejora la experiencia del usuario, especialmente en contextos de alta demanda o uso profesional intensivo.

Pero… ¿y si decimos gracias igual?

Frente a esta visión pragmática, también hay quienes defienden el uso de fórmulas de cortesía, incluso en interacciones con máquinas. Según académicos del Center for Humane Technology, el lenguaje que usamos moldea no solo nuestras interacciones digitales, sino también nuestros propios hábitos comunicativos. En ese sentido, mantener un tono amable, aunque el receptor no sea humano, refuerza prácticas de respeto y empatía que terminan trasladándose al mundo offline.

Incluso, estudios recientes sobre interacción humano-máquina han demostrado que los usuarios que emplean un lenguaje positivo o afectivo tienden a percibir una mayor calidad en las respuestas recibidas. Según la Universidad de Stanford, esto podría deberse a una predisposición cognitiva: cuando usamos un tono amable, estamos más abiertos a interpretar las respuestas con mejor disposición, lo que mejora la experiencia general de uso, aunque el modelo no “sienta” la cortesía.