Pretty Woman marcó un antes y un después en la moda. La película se estrenó en 1990 y fue dirigida por Garry Marshall. Julia Roberts, en el papel de Vivian Ward, sorprendió a la audiencia con un look que rompía esquemas. La cinta se convirtió en un hito cultural y su impacto se siente hasta hoy.
En el filme, Julia Roberts apostó por prendas que desafiaban los cánones tradicionales. Sus vestidos de lunares y cortes femeninos resaltaron una nueva forma de vestir. Las siluetas elegantes se mezclaron con toques audaces. Se popularizaron también las botas a la rodilla, un calzado que combinaba fuerza y feminidad. Cada detalle en el vestuario comunicaba libertad.
La estética de Pretty Woman fue pensada para impactar. Los atuendos reflejaban la transformación de un personaje que pasa de la vulnerabilidad a la seguridad. La moda se volvió una herramienta para expresar autonomía, algo que resonó con muchas mujeres que buscaban redescubrir su identidad.
Hoy día, la Vivian Ward de Pretty Woman sigue renovando guardarropas y mentalidades. La mezcla de glamour y sencillez se establecieron como una inspiración para quienes buscan reinventarse.
