En esta y en todas las épocas, la libertad sexual y la economía han tenido mucho que ver. Tanto así que no pocos entendidos creen que la monogamia se debe únicamente a los índices de pobreza. Al parecer, la solvencia económica influye las decisiones amorosas y podríamos ser monógamos porque nos falta dinero.
De acuerdo con el sexólogo español, Manuel Lucas Matheu, el ser humano no está predispuesto hacia la monogamia. Por eso, el único motivo por el que la practicamos es que somos pobres. Estos son los puntos principales de su tesis. ¿Será?
La seguridad en la relación
Una de las principales razones por la que las personas eligen la monogamia es la búsqueda de seguridad emocional y económica. La idea de contar con una persona que nos acompañe a lo largo de la vida puede ser alentadora, especialmente cuando se trata de personas con escasos recursos económicos. La monogamia se convierte entonces en una especie de “contrato de protección mutua”, donde las partes se apoyan emocional y económicamente para afrontar las adversidades de la vida.
La presión social y los valores culturales
Otro factor importante que lleva a las personas a elegir la monogamia es la presión social y los valores culturales. La monogamia se ha establecido como la norma en muchas sociedades, y aquellos que se apartan de ella pueden enfrentar el rechazo y la condena social. Esta presión es especialmente intensa para las personas con pocos recursos, ya que dependen más de la aceptación y el apoyo de su comunidad.
La falta de recursos para la experimentación
Experimentar con diferentes tipos de relaciones como la poliamoría o las relaciones abiertas requiere tiempo, energía y, muchas veces, dinero. Las personas con pocos recursos pueden tener dificultades para encontrar el tiempo y el espacio necesarios para explorar estas opciones. Así es que pueden sentirse más inclinadas a la monogamia tradicional como una opción más segura y estable.
El lujo de las relaciones alternativas
Por otro lado, las personas con mayores recursos económicos pueden permitirse el lujo de buscar y experimentar con diferentes tipos de relaciones. Con más tiempo y recursos a su disposición pueden cuestionar las normas sociales y buscar relaciones que se adapten mejor a sus necesidades y deseos individuales.
¿Y tú, eres pobre y monógama? Recuerda que más allá de cualquier investigación social, más allá de todas las especulaciones y los estigmas, lo esencial es que cada quien se sienta bien con la manera en que decida afrontar su vida sentimental. Vivirla libre, con recursos o sin ellos, es lo más importante.