En el oscuro telón de fondo de la Segunda Guerra Mundial, un grupo de mujeres valientes se alzó para desafiar las convenciones de su tiempo. Como lo lees: no solo hubo hombres protagonizando aquel desafortunado conflicto bélico. Aunque la historia los privilegie a ellos, las mujeres también contribuyeron a inclinar la balanza hacia el término de la contienda y pelearon desde todos los frentes, no solo desde la casa cuidando a los hijos.
Conocidas como “las brujas de la noche”, las mujeres pilotos soviéticas no solo surcaron los cielos, sino que también desafiaron el miedo y la adversidad con una audacia que las convirtió en leyendas. Siendo apenas unas niñas, sin saber con certeza qué pasaría con su futuro, e incluso, algunas arrastradas por el más puro azar, pudieron sobrevivir la Guerra y contar los horrores que vivieron esos años. Y también las pesadillas que las rodearon muchos años después, aun con sus títulos de consagradas heroínas.
Hasta 30 misiones en una noche
Las “brujas” eran parte del 588º Regimiento de Bombarderos Nocturnos, una unidad compuesta exclusivamente por féminas. Conocidas por su táctica innovadora y su valentía inquebrantable, estas chicas -casi niñas y adolescentes- volaron aviones antiguos y ruidosos como el Polikarpov Po-2. A menudo volaban a altitudes extremadamente bajas para no ser detectadas por los radares enemigos. Así pudieron llevar a cabo misiones audaces y sorpresivas, lo que las hizo merecer los más altos grados militares de la época.
Las misiones nocturnas eran especialmente peligrosas. Las brujas volaban bajo la oscuridad del cielo estrellado, lanzando bombas sobre las posiciones alemanas mientras sus compañeros hombres permanecían al suelo, asombrados por su valentía. La combinación de su ingenio y habilidades les permitió realizar hasta 30 misiones en una sola noche.
La historia cuenta que algunas de ellas se comunicaban entre sí utilizando trucos ingeniosos, como encender luces o hacer señales con humo. Esta camaradería era esencial para mantener la moral alta en tiempos difíciles. Sabían que su fuerza estaba en unidad y apoyo mutuo.
El impacto de estas valientes mujeres va más allá del campo militar. Su historia ha sido contada en libros, documentales y películas, convirtiéndolas en un símbolo perdurable del empoderamiento femenino. Las “brujas de la noche” no solo ayudaron a cambiar el curso de la guerra, sino también la percepción del papel de las mujeres en la sociedad.