Desde hace meses, las redes sociales arden con especulaciones sobre la posible separación de Michelle y Barack Obama. La pareja, símbolo de unidad y compromiso, ha visto cómo su vida privada se convierte en un torrente de rumores.
Todo empezó con la ausencia de Michelle en eventos clave. No asistió al funeral de Jimmy Carter ni a la toma de posesión de Donald Trump. Barack sí estuvo presente en ambos actos. Esa menor presencia conjunta encendió las alarmas. Muchos interpretaron silencio como distancia.
La versión más estridente proviene de Radar Online. Según este medio, ambos habrían acordado un divorcio amistoso. Ellos hablan de acuerdo para dividir la fortuna valorada en más de 70 millones de dólares. En esa división de bienes ella se quedaría con Higher Grounds, la casa de Chicago y la finca de Martha’s Vineyard. Mientras que, Barack obtendría la mansión de Washington y parte de las acciones, valoradas en casi 22.5 millones de dólares. Michelle controlaría totalmente su productora, mientras Barack recibiría beneficios de Hollywood.
La misma fuente de Radar Online afirma: “Han vivido vidas separadas desde hace tiempo. Ya no quieren fingir para las cámaras. Esperan al verano para anunciar el divorcio”.
Por si todo esto fuera poco, hace unos meses se llegó a vincular a Jennifer Aniston con Barack como presunta causa de la crisis. Un rumor que, hasta ahora, solo existe en los tabloides.
¿Qué ha dicho Michelle Obama sobre su matrimonio?
Por el momento, Michelle ha roto el silencio de forma contundente. En el podcast Work in Progress, de la actriz Sophia Bush, explicó que sus ausencias obedecen a una decisión personal. “Durante mucho tiempo viví bajo una agenda marcada por lo que se esperaba de mí. Ahora decido según lo que necesito”, dijo con firmeza. También señaló cómo la sociedad malinterpreta la autonomía femenina: “Cuando una mujer toma decisiones por sí misma, se asume automáticamente que hay un problema en su matrimonio”, concluyó.
La ex primera dama ya había relatado en sus memorias Becoming las tensiones que vivió en su matrimonio durante los años en la Casa Blanca (2009–2017). Reconoció etapas de agotamiento y distanciamiento. Pero, también contó cómo buscaron ayuda profesional y reconstruyeron su vínculo desde la honestidad. Aquellas páginas reflejaron un matrimonio que, pese a las dificultades, supo reinventarse juntos.