En el universo del psicoanálisis, Freud y Jung suelen robarse el protagonismo, pero detrás de estos grandes nombres se esconden historias fascinantes de mujeres que rompieron barreras. La película Un método peligroso (2011), dirigida por David Cronenberg y protagonizada por Keira Knightley, nos sumerge en la vida de Sabina Spielrein, una figura cuya inteligencia y valentía transformaron la psicología, a pesar de haber sido relegada en los libros de historia.
Desde el primer instante, la cinta nos muestra a Sabina, ambientada entre 1904 y 1911, llegando al sanatorio de Jung como una paciente catalogada de “histérica”. Sin embargo, lejos de quedarse en esa etiqueta, su evolución revela una mente aguda y una sensibilidad poco común. Estudios y expertos en psicoanálisis señalan que su manera de pensar anticipó conceptos fundamentales, como la pulsión de muerte, lo que demuestra que sus ideas fueron mucho más visionarias de lo que la sociedad de su tiempo pudo apreciar.
La película también explora la relación apasionada y transgresora que mantuvo con Jung, una conexión que ha sido interpretada de diversas formas, pero que, sobre todo, evidencia su capacidad para convertir el sufrimiento en conocimiento revolucionario.
Hoy en día, la figura de Sabina Spielrein se vuelve aún más relevante. Su legado no solo marcó el inicio del psicoanálisis, sino que también influyó en áreas como la educación infantil y la terapia psicológica. Un método peligroso no es solo una película; es un llamado a reconocer y valorar las contribuciones de las mujeres que, con coraje y pasión, desafían las normas de su época.