El Black Friday, o “Viernes Negro”, es un evento comercial que se celebra el día siguiente al Día de Acción de Gracias en Estados Unidos. Este día marca el inicio de la temporada de compras navideñas y se ha convertido en uno de los días más importantes para los minoristas a nivel mundial.
El término “Black Friday” tiene varias teorías sobre su origen. Una de las más populares sugiere que el nombre proviene de la práctica contable, donde los números rojos indicaban pérdidas y los números negros ganancias. El día después de Acción de Gracias, los minoristas empezaban a ver sus cuentas en negro gracias a las altas ventas. Pero en realidad, la idea del Black Friday como un evento comercial comenzó a tomar forma en la década de 1960 en Filadelfia.
La policía usaba el término para describir el caos que ocurría cuando las multitudes llegaban a la ciudad para las compras del fin de semana, pero con el tiempo, los comerciantes comenzaron a adoptar el término y darle un giro positivo.
Aunque esta tradición comenzó en los Estados Unidos, el Black Friday ha trascendido fronteras. Países como Canadá, Reino Unido, Brasil, México y muchos otros han adoptado esta tradición, ofreciendo descuentos y promociones que atraen a consumidores ansiosos por aprovechar las ofertas. Y es que precisamente ha sido la oportunidad de encontrar las mejores ofertas del año lo que ha hecho tan popular y esperado al Black Friday. Desde electrónica hasta ropa, muebles para el hogar, todo lo que podemos imaginar. Así que si estás esperando para salir de compras, mejor hacerlo el viernes.
También con el auge del comercio electrónico, el Black Friday ha evolucionado para incluir eventos como el Cyber Monday, que se celebra el lunes siguiente al Black Friday. Esto permite que los consumidores aprovechen ofertas en línea, ampliando aún más el alcance del evento.
Un día que, definitivamente, llegó para quedarse
Este día no solo es un evento comercial, sino que también ha adquirido connotaciones culturales. Se ha convertido en un fenómeno social donde amigos y familias se reúnen para disfrutar de una experiencia de compra conjunta, creando recuerdos alrededor del acto de comprar. Que tire la primera piedra quien no haya sucumbido a los encantos de una buena compra. Nosotras nos declaramos culpables.
Quizás sea esta la razón por la cual, a pesar de su popularidad, el Black Friday también ha sido objeto de críticas. Muchos argumentan que fomenta un consumismo desenfrenado y puede llevar a comportamientos irresponsables entre los compradores, como peleas por productos o compras impulsivas sin necesidad real.
En respuesta a estas críticas, han surgido movimientos como “Buy Nothing Day” (Día sin compras), que promueven la reflexión sobre nuestros hábitos de consumo y fomentan alternativas más sostenibles al gasto excesivo durante las festividades. No obstante, quienes están más acostumbrados al consumo suelen prepararse para el Black Friday investigando productos y precios con antelación.
Muchas personas, incluso, hacen listas de deseos y siguen a sus marcas favoritas en redes sociales para estar al tanto de las mejores ofertas. Para nadie es un secreto que vivimos en una sociedad de consumo, cada quien elige de qué lado estar. Pero la realidad es que todos los excesos son malos, por más que nos guste y nos motive la sensación de tener algo nuevo.