Nuestros hijos son como joyas preciosas que necesitan cuidados constantes para brillar. Una de las facetas más importantes de su desarrollo es la inteligencia emocional, un poderoso compañero en la vida que muchas veces se descuida.
No por falta de amor, no por falta de atenciones y de cuidados; pero las madres algunas veces proyectamos una imagen sobre nuestros hijos que no siempre es la más adecuada, y mucho menos la que en realidad nos define a nosotras mismas. Todas perdemos la paciencia en algún momento. Todas hemos gritado y desesperado porque somos humanas y con demasiadas presiones. Pero ¡cuidado!, nuestros pequeños son sensibles, mucho más de lo que pensamos.
¿Qué es la inteligencia emocional y cómo podemos protegerla?
La inteligencia emocional (IE) se refiere a la capacidad de identificar, evaluar y controlar las propias emociones y las de los demás. Un niño con altos niveles de inteligencia emocional es capaz de comprender sus sentimientos y reacciones ante situaciones cotidianas, lo cual desempeña un papel crucial en su bienestar y su futuro.
Puedes percibir la IE de tus hijos cuando te detienes a observar sus reacciones ante el mundo que los rodea.
Un niño con baja inteligencia emocional generalmente experimenta intensas y prolongadas sensaciones de enojo o tristeza. Sus comportamientos pueden ser agresivos. Puede tener pataletas, gritar excesivamente o acudir a la violencia física. Todo esto genera poca empatía con los demás, relaciones traumáticas y problemas de autoestima y autocuidado.
Cuando los niveles de IE son altos, los niños muestran empatía con los demás, saben lidiar mejor con el estrés, tienen más autoestima y buscan soluciones creativas para los problemas diarios.
Un entorno familiar que promueva el diálogo y la resolución de conflictos con cariño, respeto y empatía ayuda a fortalecer la IE de tus pequeños. Las claves son conocidas y aplican para casi todo lo que te propongas lograr con tus hijos:
- Fomentar la comunicación emotiva
- Promover la autoestima
- Valorar y celebrar sus logros
- Educarlos sobre el autocontrol de las emociones
- Fomentar hábitos empáticos hacia los demás y sus circunstancias
Los niños con alta inteligencia emocional tienen más probabilidades de convertirse en adultos sanos y exitosos. Al cuidarlos en este sentido estás asegurando no solo su bienestar actual, sino también su futuro. Así que, ¿cómo lo harás hoy para proteger y cultivar la inteligencia emocional de tus hijos?